El objetivo de esa recogida de información era poder tener una serie de indicadores que nos permitieran medir de forma objetiva la evolución de los alumnos (lo cual nos permite considerar si las actividades realizadas en la fase anterior fueron efectivas) y también la evolución del profesorado (que eran los agentes objeto de la intervención psicopedagógica).
Para recoger la información, se ha recurrido a formularios que se han ido completando mediante la observación tanto de alumnos como profesores durante la puesta en práctica de las actividades. Esos formularios recogen información objetiva y medible, como por ejemplo, entre otros:
- Número de veces que el alumno participa espontáneamente en la actividad.
- Número de veces que el alumno solicita ayuda al profesor para la actividad.
- Tiempo que el profesorado dedica a tareas de comunicación y coordinación interna.
- Grado de ajuste de la temporalización de las actividades a la temporalización prevista.
- Resultados de los alumnos ante las actividades.
- Grado de satisfacción de los alumnos ante las actividades.
- Grado de satisfacción de los profesores ante el proceso seguido.
A raíz del análisis de los datos recogidos se puede concluir que el profesorado ha ido evolucionando de forma progresiva a lo largo de todo el proceso de intervención psicopedagógica. Esta evolución fue más pronunciada con las primeras actividades, de modo que el profesorado rápidamente pasó de tener una actitud neutra y unos conocimientos básicos a tener una actitud muy positiva y unos conocimientos suficientes. Tras esas primeras actividades, se redujo paulatinamente esa evolución, estancándose en las últimas actividades. A lo largo de todo el proceso han tenido una muy buena actitud y han colaborado mucho entre ellos, comunicándose continuamente también conmigo y facilitándome toda la información necesaria así como el acceso a las actividades como observadora.
Por parte de los dos alumnos, desde un principio su participación y colaboración en las actividades fue sobresaliente, participando con mucho interés en ellas y con una actitud realmente positiva. Su evolución fue constante, y en prácticamente todas las actividades mostraron alguna mejora en algún aspecto. Para poder realizar la evaluación del progreso de los alumnos también se han realizado entrevistas con sus padres, pidiéndoles una valoración de los progresos de sus hijos en el contexto del hogar y en la realización de algunas actividades que había que realizar en dicho contexto.
El tiempo dedicado a la recogida de información necesaria para realizar la evolución se contemplaba dentro de las 30 horas de la fase anterior de puesta en práctica de actividades. Las 5 horas que estaban previstas para esta última fase de evaluación se han empleado en el análisis exhaustivo de dicha información y en las entrevistas con los padres, y esta temporalización se ha cumplido según lo previsto.
Todo ello nos lleva a considerar esta intervención psicopedagógica como un éxito, aunque dicho éxito se ha conseguido en gran parte a costa de realizar un mayor número de horas del previsto durante las primeras fases. Para futuras intervenciones psicopedagógicas similares habrá que tener en cuenta el tipo de dificultades encontradas en esas fases, de forma que pueda realizarse una planificación más adecuada.
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